sábado, 2 de junio de 2007

Biometría, hoy un recurso, mañana un infierno

Persiguiendo al fantasma de la seguridad, los sectores público y privado interfieren siempre más y peor en la privacidad.
En muchos lugares se comienza a pensar que la biometría, técnica que permite identificar a las personas a través de sus características físicas, debe tenerse bajo el estricto control de una autoridad independiente, desvinculada del poder político y administrativo.
Ciertamente en nombre de una propuesta-impuesta de seguridad, se introduce una ingerencia en la vida privada que hace pensar en si es peor el remedio o el mal. Se ha convertido en un hábito alarmante que paso a paso del “permitido” pasemos al “simplemente soportable” y de ahí a la misma indiferencia que tenemos por los eventos meteorológicos, que aun que no nos gusten, tampoco tenemos el poder de cambiarlos. Y así, con total indiferencia, estamos siendo localizados, identificados, observados, trazados, en nuestros desplazamientos y en nuestros hábitos, y la mayoría de las veces sin que nos demos cuenta. En un futuro muy cercano, podremos alcanzar la identificación internacional mediante un pasaporte biométrico y la identificación informática cada ve que accedamos a un ordenador, mediante el análisis de las huellas dactilares. Y aquí no para la historia, podremos ser identificados mediante la sangre, la orina, el DNA, el iris del ojo, la retina, la impresión dental, y para no ser cautelosos, hasta con el timbre de voz o el modo en el que escribimos. La utilización impropia de estos recursos en manos de un régimen político no democrático podría conducir al condicionamiento mental, a la exclusión, a la localización de posibles enemigos.
Parece por tanto legítima la pregunta de si el precio a pagar por una mayor seguridad sea la difusión tal vez ya incontrolada de los datos personales. Siempre que no se convierta en una utopía, a la cual añadir lo riesgos derivados de la difusión y el intercambio oculto de datos privados, que permitirían un control estricto, polimórfico y auto engendrado de las personas, de sus actividades, de sus movimientos e incluso de su orientación política y religiosa.



Traducido del artículo original: Biometria, oggi una risorsa domani un inferno
Fuente: ZEUS News

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